Huellas

Posted: jueves, 20 de marzo de 2008 by Sol in Etiquetas:
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La vida es un camino de duelos. Hay quienes pisan nuestra senda y dejan huellas imborrables. Aunque sigamos caminando, esas huellas forman parte 
de nuestra dirección y predeterminan
nuestros siguientes pasos. La vida no es más que eso: un camino de duelos.
A medida que pasa el tiempo, personas que amamos se van y nosotros seguimos caminando.
Es así, un duelo no es mucho más que un adiós mudo, una despedida fracturada, una huella cuyo pié ya no pisa. Cuesta afrontar los duelos, cuesta por lo tanto afrontar la vida, pero esas son las leyes del juego ¿no?
Uno duela etapas, deja atrás la niñez para atravesar la sinuosa adolescencia, luego debe dejar los desparpajos de esa etapa para afrontar la rutinaria adultez. Uno duela a sus padres en su papel de padres para uno mismo serlo. Uno duela a sus hijos cuando se van...
Uno duela aquellos familiares que nos hicieron quienes somos, uno duela aquellos amores que nos destrozaron el corazón...
Uno duela aquellos amigos que con el tiempo se perdieron y aquellos trabajos que quedaron atrás.
Vivimos afrontando duelos, la vejez misma es una etapa de duelos. Uno duela su propio cuerpo desgastado por la sabiduría de la vida, duela la indiferencia de los hijos y aquellos compañeros de toda la vida.
Finalmente, uno da cuenta de que los duelos no son más que duelos hacia uno mismo, porque uno cambia cuando aquella persona ya no está. Se trata de afrontar el duelo de dejar atrás aquella persona que éramos frente a ese amor que nos cambió la vida, aquellos amigos que nos dieron tantos respiros, aquellos padres que nos brindaron tantos escudos.
Es simple, lógico... Y al decir que es simple no digo que es fácil. Sólo digo que es inevitable y lógico. Sólo digo que son las leyes del juego...
Pero si lo vemos desde otro lado podemos darnos cuenta que un duelo no es nada más y nada menos que un encuentro: un encuentro con la ausencia y con uno mismo...

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